Trabajar con materiales cortantes es una tarea común en diversos sectores como la construcción, carpintería, industria alimentaria, logística, jardinería o el ámbito sanitario. Sin embargo, el uso de herramientas afiladas o materiales peligrosos conlleva un riesgo real: los cortes. Aunque algunos pueden parecer superficiales, otros pueden ser graves o incluso incapacitantes. Por eso, adoptar medidas de prevención y buenas prácticas es esencial para proteger la integridad física.
A continuación, te presentamos una guía práctica con consejos para evitar cortarte al trabajar con materiales cortantes, incluyendo el uso adecuado de equipos de protección personal (EPI), hábitos seguros, mantenimiento de herramientas, formación y diseño ergonómico del puesto de trabajo.
Antes de comenzar cualquier tarea, es fundamental entender con qué estás trabajando. No es lo mismo manipular vidrio que cortar cartón, trabajar con bisturís quirúrgicos o manejar cuchillos industriales. Cada material cortante tiene un comportamiento diferente ante la presión, el ángulo y la velocidad de corte.
Estudia las propiedades del material (fragilidad, tensión, bordes).
Evalúa si requiere técnicas específicas de manipulación o sujeción.
Consulta siempre las instrucciones del fabricante de la herramienta o equipo.
Uno de los errores más comunes al trabajar con materiales cortantes es subestimar la importancia de los guantes de protección anticorte. Muchos trabajadores los evitan por incomodidad, pero hoy existen modelos con alto grado de movilidad y resistencia (nivel 5 de corte según EN388).
Guantes anticorte: de materiales como Kevlar, Dyneema o acero inoxidable.
Manguitos de protección: para proteger ante cortes en antebrazos.
Delantales o pecheras: en trabajos con riesgo en el torso.
Gafas y visores: si hay posibilidad de astillas o fragmentos proyectados.
Recuerda que los EPI deben estar certificados y en buen estado.
Una herramienta defectuosa o sin filo puede ser más peligrosa que una afilada. Cuando una hoja no corta bien, es más probable que resbale, se desvíe y genere un corte inesperado.
Revisa periódicamente cuchillas, sierras, cúteres y bisturís.
Sustituye inmediatamente las hojas desgastadas o deformadas.
Asegúrate de que los mecanismos de sujeción estén firmes.
Lubrica las herramientas que lo requieran para evitar bloqueos.
Adoptar una postura correcta y aplicar la fuerza con el ángulo adecuado puede reducir drásticamente el riesgo de corte. El error más frecuente es realizar el corte “hacia uno mismo” o en posiciones inestables.
Siempre corta hacia afuera o en dirección opuesta al cuerpo.
Utiliza una superficie firme y antideslizante como base.
Fija bien el material a cortar para que no se desplace.
Usa ambas manos si la herramienta lo permite: una para sujetar, otra para guiar.
A veces, por ahorrar tiempo, se usan herramientas no diseñadas para ciertos materiales (como abrir una caja con un cuchillo de cocina o una tijera). Esto aumenta significativamente el riesgo de cortes o accidentes.
Utiliza siempre la herramienta específica para la tarea.
Si tienes dudas, pregunta o revisa la ficha técnica del producto.
Nunca intentes forzar una herramienta fuera de su función.
La falta de concentración o el cansancio aumentan los errores humanos. Un momento de despiste puede convertirse en un corte profundo. Esto es especialmente crítico en entornos con ruido, prisas o multitarea.
Trabaja en ambientes bien iluminados y organizados.
Haz pausas regulares para evitar la fatiga física y mental.
No uses herramientas cortantes si estás bajo el efecto de medicamentos, alcohol o si has dormido poco.
El desconocimiento de los riesgos o el uso incorrecto de herramientas es una de las causas más frecuentes de accidentes laborales con cortes. Invertir en formación mejora la seguridad y reduce siniestros.
Ofrecer cursos sobre manipulación segura de herramientas.
Simulacros de primeros auxilios en caso de corte.
Revisión y actualización periódica de los procedimientos de trabajo.
Un entorno mal diseñado o caótico favorece los accidentes. Las herramientas cortantes deben almacenarse y organizarse adecuadamente, evitando el contacto accidental.
Usa portaherramientas cerrados o fundas protectoras.
Señaliza las zonas de riesgo con carteles visibles.
Establece rutas seguras de paso alejadas de zonas de corte.
Mantén las áreas de trabajo limpias y libres de obstáculos.
Aunque tomes todas las precauciones, los accidentes pueden ocurrir. Contar con un protocolo claro ante cortes permite actuar con rapidez y minimizar daños.
Detener la actividad inmediatamente.
Lavar la herida con agua y jabón si es leve.
Presionar con una gasa estéril para cortar la hemorragia.
Cubrir con apósito adecuado.
Si el corte es profundo o hay sangrado abundante, acudir a un centro médico.
Registrar el accidente y revisar el procedimiento para evitar repeticiones.
Cada vez más herramientas incluyen mecanismos de seguridad integrados como cuchillas retráctiles, sensores de presión o bloqueos automáticos. Apostar por tecnología segura reduce riesgos a largo plazo.
Cúteres con sistema de retracción automática.
Tijeras de seguridad con punta redondeada.
Robots o cortadoras automáticas en entornos industriales repetitivos.
Evitar cortarse al trabajar con materiales cortantes no es solo una cuestión de usar guantes. Implica aplicar una cultura de prevención en cada detalle: desde la elección de herramientas, pasando por la postura corporal, hasta la señalización del entorno. Tanto si eres trabajador autónomo como responsable de una empresa, prevenir cortes es prevenir ausencias, costes y sufrimiento.
La seguridad debe ser parte del proceso de trabajo, no un añadido. Implementar estos consejos no solo evitará accidentes, sino que aumentará la productividad y el bienestar general del equipo.